El uso del GLP como combustible en los montacargas mantiene a las tripulaciones más productivas, funciona de manera confiable, reduce su desgaste, su mantenimiento resulta más económico y el impacto medioambiental es menor.
Tienen una mayor vida útil, el desgaste del motor es menor que con otros combustibles, sus repuestos son económicos y genera menos restos de carbón en la combustión, lo que hace que el aceite del motor se mantenga limpio durante más tiempo.
Los montacargas con GLP producen 25% menos emisiones de CO2 y 68% menos emisiones de óxido de nitrógeno comparados con los montacargas de diésel, lo que los convierte en vehículos más amigables con el medioambiente.